El año 2024 comienza con una situación de inestabilidad y violencia en varias regiones del mundo, donde los conflictos armados amenazan la paz y la seguridad de millones de personas. Estos son algunos de los principales focos de tensión que hay que vigilar en este año:
Myanmar: El país asiático vive una guerra civil desde que un golpe militar derrocó al gobierno democrático de Aung San Suu Kyi en 2021. Los grupos étnicos minoritarios y los manifestantes prodemocráticos se han unido para resistir a la junta, que ha respondido con una brutal represión. A finales de 2023, los rebeldes lanzaron una ofensiva coordinada en el norte, tomando el control de varias ciudades y rutas comerciales clave. Se teme que el conflicto se intensifique en 2024 y provoque una crisis humanitaria y de refugiados.
Mali: El país africano, situado en la conflictiva región del Sahel, atraviesa una grave crisis política y de seguridad desde el golpe de Estado de 2012, que abrió la puerta a la insurgencia de grupos rebeldes tuareg y yihadistas. A pesar de la presencia de una misión de paz de la ONU y de un acuerdo de paz firmado en 2015, el país sigue siendo escenario de ataques terroristas y enfrentamientos armados. En 2023, se produjo un nuevo golpe de Estado, que provocó el rechazo de la comunidad internacional y el aumento de la violencia. Se espera que en 2024 se celebren elecciones, pero el riesgo de una guerra civil sigue siendo alto.
Rusia-Ucrania: El conflicto entre Ucrania y Rusia, que estalló en 2014 tras la anexión rusa de Crimea y el apoyo ruso a los separatistas del este de Ucrania, ha entrado en una nueva fase de escalada en 2023. Rusia ha desplegado miles de tropas y armamento pesado en la frontera con Ucrania, lo que ha generado una gran alarma en la comunidad internacional y el temor a una invasión. Ucrania ha reforzado su defensa y ha pedido el apoyo de sus aliados occidentales, especialmente de la OTAN. Las negociaciones diplomáticas no han logrado desbloquear la situación y se prevé que la tensión persista en 2024.
Israel-Palestina: El conflicto más antiguo y complejo de Oriente Medio volvió a estallar en 2023, cuando Israel y el grupo islamista Hamás se enfrentaron en una guerra de 11 días que causó la muerte de más de 250 palestinos y 13 israelíes. El alto el fuego alcanzado en mayo no ha resuelto las causas de fondo del conflicto, como la ocupación israelí, el bloqueo de Gaza, la expansión de los asentamientos, la situación de Jerusalén o el estatus de los refugiados. Además, la inestabilidad política tanto en Israel como en Palestina dificulta el diálogo y la reanudación del proceso de paz. Se teme que cualquier chispa pueda desencadenar una nueva ola de violencia en 2024.
Corea del Norte: El régimen de Kim Jong-un sigue siendo una amenaza para la seguridad regional y global, debido a su programa nuclear y de misiles balísticos. En 2023, Corea del Norte realizó varias pruebas de armas, incluyendo un misil hipersónico, que demostraron su capacidad de evadir los sistemas de defensa. El país también ha sufrido una grave crisis económica y humanitaria, agravada por la pandemia y las sanciones internacionales. Las negociaciones con Estados Unidos y sus vecinos asiáticos están estancadas y no se vislumbra una solución diplomática. Se espera que Corea del Norte siga aumentando su arsenal y su presión en 2024, lo que podría provocar una crisis de seguridad en el noreste de Asia.
A estos conflictos se suma América Latina con la actual crisis de seguridad que atraviesa Ecuador, y Venezuela con las crecientes tensiones con Guyana por el reclamo de su espacio territorial en el Esequibo.
Redacción: Medios 24/7
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